“Un poco de gasolina” polariza la opinión pública

Especiales en la Red Principal

Un centenar de personas arden ante los ojos de un país listo para juzgar y reír.

Morelia, Michoacán a 21 de enero de 2019.- “Un poco de gasolina” ha polarizado las redes sociales y a la opinión pública. Tras la muerte de casi un centenar de personas en el municipio de Tlahuelilpan, quienes quedaron calcinados tras la explosión de una toma clandestina el pasado viernes, la condena moral sobre las víctimas se ha hecho presente generando discursos de odio para algunos y botín político para otros.

La primera expresión de repudio hacia las víctimas se manifestó en las opiniones vertidas por usuarios de redes sociales y a las pocas horas hizo su más funesta expresión en forma de memes, que ridiculizaban y hacían mofa de las condiciones en las que murieron, poco importaban las dantescas imágenes de quienes huían de la explosión envueltos en llamas o quienes caminaban como muertos vivientes, sin piel, completamente quemados, pidiendo auxilio, la sociedad había emitido su veredicto: ellos mismos eran los culpables.

No tardaron en hacerse públicas las cientos de historias de padres, hijos, vecinos y amigos que murieron –o morirán en breve- por el incidente, que revelaban a un pueblo humilde, dedicado principalmente al campo o al comercio, donde los trabajadores llevaban días sin poder ir a trabajar por no tener gasolina para sus vehículos.

Desde el joven que volvía a casa y sobre la carretera vio la oportunidad de llenar un bidón entre la algarabía, hasta la madre de familia que dejó la comida a medias para correr por combustible, todas las historias evidencian la urgente necesidad y desesperación de una comunidad ante el desabasto.

Sin embargo, la condena pública no permite que sean las propias familias quienes cuenten sus historias, y estas han optado por negar que sus familias estaban huachicoleando; “solo iban pasando”, “solo querían un poco de gasolina”, es la versión más común.

El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador ha evadido señalar si las investigaciones contra las mismas victimas del incidente ya están en curso con cargos por robo de combustible, y se ha limitado a señalar que de momento lo más importante es que los heridos reciban la atención debida y los muertos una digna sepultura, dejando el debate de la culpa para después.

Por otra parte, los adversarios políticos de López Obrador ya apuntan a la tragedia como el “Ayotzinapa de AMLO”, hay señalamientos contra el actuar del ejército, de las autoridades de Pemex y contra la recién implementada estrategia de combate al huachicoleo que se cobró a sus primeras víctimas.

Así, la tragedia de Tlahuelilpan no solo deja una amarga lección sobre el robo de combustible, también abre un nuevo debate moral entre los mexicanos, sobre la legalidad y la ilegalidad, sobre el bien y el mal.

Y en medio de todo, un campo desolado donde murieron 89 personas –hasta el momento- de la forma más cruel imaginable ante la mirada de todo un país listo para juzgar…y reír.

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