Por: Hilda Mesa
Me llama la atención que estos últimos meses, a sabiendas de la situación que vivimos y perdidas que muchos hemos tenido y seguimos teniendo, en general, he escuchado expresiones de este estilo: “a veces siento un vacío en mi vida como si algo está incompleto”. Palabras más, palabras menos, algunos de mis pacientes, conocidos, amigos, así lo han expresado.
Se podría pensar en tiempos anteriores, que para esta fecha del año todos podrían estar “felices”, pero la realidad marca otro escenario donde se encuentra un gran número de personas que sienten un gran vacío interior. Quién no ha vivido quizás no lo entienda, pero hay personas que aparentemente lo tienen “todo”, afectos, dinero, salud, reconocimiento, trabajo y aun así refieren sentirse incompletos. Fácil sería juzgarlos de inconformes. Pero la verdad este proceso emocional va más allá de eso.
La sensación no es de alegría ni de tristeza. Simplemente se siente un vacío, que difícilmente se puede describir en palabras. Ante esta circunstancia, suelo preguntar: “Si te informan que te queda 1 mes de vida, ¿Qué harías?” Y la respuesta suele ser una larga lista, muchas de ellas consisten en experiencias que no suelen permitirse por estar en la espera del “mejor” momento o por evitar las críticas o juicios de los demás.
Es así como día a día se va perdiendo el sentido a la vida. “Nada me llena” es porque lo realmente importante y relevante para ti, no te lo permites.
Se cree que las grandes cosas traen felicidad, pero la verdad son los pequeños detalles diarios que suman y generan satisfacción.
Te pregunto: ¿De cuantas cosas te privas?, ¿Cuantas prendas de vestir guardas en el closet sin estrenar en la espera de una “buena” ocasión?, ¿Cuantas veces has deseado expresar lo que sientes? Y no lo haces por miedo al rechazo. ¿Cuantas veces has querido realizar un viaje? Y no lo haces porque te la pasas trabajando sin parar. ¿Cuantas veces has fantaseado encuentras sexuales? Pero no te lo permites por aquello de “la moral”. Y la lista continúa…
Seguramente encuentras un sin fin de justificaciones (tiempo, dinero…) para no permitirte lo que tú corazón desea. En ese camino te alejas de tu esencia y claro que nadie puede llenar lo que solo a ti te corresponde.
No esperes llegar al final de tu vida para arrepentirte por lo que no viviste.
Psic. Clínica y Psicoterapeuta
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