Medios nacionales centran su atención en que la conductora era mujer.
Morelia, Michoacán a 09 de noviembre de 2018.- Una ola de violencia misógina y machista quedó plasmada en redes sociales desde la noche del miércoles, tras el accidente que sufrió un tráiler en Santa Fe y que dejó un saldo de 10 personas muertas y 17 heridos. Si bien no es el primer incidente de esa naturaleza, en esta ocasión había una peculiaridad: la conductora del tráiler era mujer.
Los propios medios de comunicación no pudieron obviar que no es usual que haya una mujer en un campo –el del transporte de carga- que históricamente ha sido de hombres, por lo cual, los encabezados de los medios más importantes del país, señalaban la condición de género de la conductora, como parte de los aspectos relevantes de la noticia y con ello, desataron un nuevo linchamiento de la opinión publica hacia el género femenino.
Además del género de la conductora, las notas hacen referencia a su “poca experiencia” manejando vehículos de carga pesada (un año) y a su edad (41 años), características que no suelen considerarse trascendentes en otros casos de la misma naturaleza.
De acuerdo a peritajes iniciales la conductora dio negativo en drogas, alcohol u otro estupefaciente, y argumentó en su declaración que el vehículo que transportaba jabón, se quedó sin frenos, como ha ocurrido en otros accidentes similares, en la misma caseta.
No obstante, la conductora afronta responsabilidades legales como en cualquier accidente de esas características, pues la fiscalía inició el proceso contra la conductora y la empresa transportista por homicidio, lesiones y daños culposos, por los que podría pasar hasta 50 años en prisión, si se determina su culpabilidad.
Pero además afronta la condena pública, por su condición de mujer y de mujer conduciendo un tráiler y por el conocido cliché de que las mujeres no tienen la pericia de un hombre al conducir, pese a que estadísticamente, la mayoría de los accidentes automovilísticos son provocados por hombres al volante.
Con ello, se reproducen y perpetúan estereotipos de género y de violencia contra las mujeres, evidenciando a una población que aún dista mucho de comprender el impacto negativo que genera el discurso de odio hacia la mujer en todos los aspectos sociales y que en la peor de sus manifestaciones ha dejado millones de niñas y mujeres golpeadas, maltratadas, sin oportunidades de desarrollo, violadas o asesinadas.
