La sexualidad en las relaciones “estables” o esas que han logrado superar la etapa del enamoramiento, se debaten entre 2 necesidades que por lo general se contraponen: La necesidad de aventura y la necesidad de seguridad.
En primer lugar, la necesidad de aventura, nos invita a la variabilidad, lo novedoso, lo prohibido y el cambio de fuentes de excitación. Por otro lado, se encuentra la necesidad de seguridad, que se caracteriza por lo predecible, la dependencia, las fuentes permanentes que brindan confianza.
Encontrar el equilibrio entre dichas necesidades requieren de un trabajo continuó para las parejas que desean superar las pruebas del tiempo. La realidad nos indica que cada etapa en la relación proporcionan nuevos desafíos, cambio de trabajo, el nacimiento de los hijos, los compromisos laborales, la salud, la economía, las relaciones familiares, entre otros.
Dichas variables, pueden generar algunos desajustes en el deseo. ¿Lo hago cuando quiero o cuando puedo?, así muchas veces se va posponiendo el placer por el deber.
La clave es mantener el deseo en las relaciones y reconciliar las necesidades entre lo nuevo y lo establecido. Para lograrlo es conveniente desarrollar habilidades de comunicación, que ayuden a clarificar las necesidades y gustos de cada uno y llegar a negociar desde una perspectiva ganar-ganar.
De lo contrario se abre la puerta a “terceros” que le dan un toque de novedad. Así también, puede llegar el desamor, razón por la cual, existen altos índices de separaciones y ruptura en las relaciones. Es conveniente desarrollar nuestra habilidad para sintonizar con el otro y reconocer sus señales.
