Gerardo Herrera

Genocidio y epistemicidio

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Leyendo los textos de Grosfogel, Dussel, Lugones, Quijano, y otros, nos hablan de cuatro epistemicidios entre el siglo XV y XVI.

El relacionado con la conquista de Al-Ándalus a finales del siglo XV, vinculado al lema de la pureza de sangre, que fue un discurso encaminado al racismo contra poblaciones musulmanas y judías; dicha práctica de limpieza étnica produjo un genocidio físico y cultural, quienes se quedaron en el territorio fueron asesinados o forzados a convertirse al cristianismo. Esta limpieza étnica se alcanzó mediante el genocidio (físico) y el epistemicidio (cultural) a partir de los siguientes procesos: expulsión forzada de musulmanes y judíos de su tierra y repoblación con poblaciones cristianas y destrucción masiva de la espiritualidad y el conocimiento islámico y judío mediante el genocidio y la quema de bibliotecas completas con los saberes culturales.

El segundo genocidio y epistemicidio fue realizado en las américas con los mismos procedimientos que Al-Ándalus, igualmente se plantearon a las poblaciones originarias como no humanos, al no tener alma y ello fue suficiente para evangelizarlos y civilizarlos; con ello, también se destruyo el conocimiento, se quemaron los códices y se destruyó la espiritualidad, toda vez que al no ser humanos no podían tener una religión, es decir gente con alma o sin alma, y gente con religión o sin religión, esto realmente fue el primer elemento del racismo.

“La lógica del argumento era la siguiente: 1) si no se tiene religión, no se tiene Dios; 2) si no se tiene Dios, no se tiene alma; y 3) si no se tiene alma, no se es humano, sino más cercano a un animal” (Grosfogel, Ramón). Posteriormente se ratifico que eras subhumanos, y que no se les podía esclavizar por un castigo de Dios, por lo que se les convirtió al cristianismo y se nombraron las encomendadores, una figura de explotación que  sirvió para someter, controlar y disciplinar a los salvajes indios.

El tercer genocidio y epistemicidio fue contra millones de africanos que murieron en la captura, transporte y esclavitud en el continente americano. Se prohibió a los africanos en el continente americano que pensaran, rezaran o practicaran sus saberes, conocimientos y visiones del mundo.  De esta manera se prohibió su conocimiento autónomo, la inferioridad epistémica fue el argumento para impulsar la inferioridad social biológica por debajo de la línea de lo humano. La idea racista a finales del siglo XVI era que los «negros carecían de inteligencia», lo que en el siglo XX se convirtió en los «negros tienen bajos niveles de CI» (CI = coeficiente de inteligencia).

Existe un cuarto genocidio y epistemicidio, se trata de la conquista y el genocidio de las mujeres en Europa, que transmitían el conocimiento indoeuropeo de generación en generación. De esta manera, las mujeres dominaban el conocimiento indígena desde épocas antiguas. Su conocimiento cubría diferentes áreas: astronomía, medicina, biología, ética, etc. Estaban empoderadas por la posesión de un conocimiento ancestral y su rol principal en las comunidades estaba en ser líderes y organizadoras de formas de organización económica, política y social similares a las comunas.

 A dichas mujeres se les comenzó a perseguir a finales de la época medieval, pero se intensificó en los siglos XVI y XVII (el largo siglo XVI) con el auge de las estructuras de poder modernas/ coloniales capitalistas/patriarcales.

Miles de mujeres fueron quemadas vivas bajo acusaciones de brujería (uno de los pecados capitales la lujuria) en el periodo moderno inicial. Debido a su autoridad y liderazgo, el ataque contra estas mujeres era una estrategia para consolidar el patriarcado cristiano-céntrico y para destruir las formas comunales de propiedad de la tierra.

“La inquisición estuvo a la cabeza de esta ofensiva. La acusación era un ataque contra millones de mujeres, cuya autonomía, liderazgo y conocimiento amenazaban la teología cristiana, la autoridad de la iglesia y el poder de la aristocracia, la cual se había convirtido en una clase capitalista transnacional en las colonias, así como en la agricultura europea”, expresa Grosfogel.  

En este sentido, la investigadora Silvia Federici, precisa que la cacería de brujas se intensificó entre 1550 y 1650. “Su tesis es que la caza de brujas contra las mujeres en territorio europeo tenía que ver con la acumulación primitiva durante la expansión capitalista temprana para la formación de la reserva de mano de obra para el capitalismo global. Ella enlazó la esclavitud africana en el continente americano con la cacería de brujas en Europa como dos caras de la misma moneda: la acumulación de capital a escala mundial necesitada de incorporar mano de obra para el proceso de acumulación capitalista. A fin de lograr esto, las instituciones capitalistas usaron formas extremas de violencia”.

En este sentido, podemos precisar que, contrario al epistemicidio contra los pueblos indígenas y musulmanes donde se quemaron miles de libros, en el caso del genocidio y epistemicidio contra las mujeres indoeuropeas, no hubo libros que quemar, puesto que la transmisión del conocimiento se hacía de generación en generación mediante la tradición oral. Los libros eran los cuerpos de las mujeres y, por ende, de manera similar al destino de los libros andalucíes e indígenas, sus cuerpos fueron quemados vivos.

Estos fueron los antecedentes para identificar como se construyeron al ser, el saber, el poder y los abusos a la naturaleza para el impulso del capitalismo histórico.