Para descubrir el amor propio debes trabajar la aceptación. Aceptar cada parte de ti, cada pieza que suma un todo. Te pregunto… ¿Haz sido capaz de aceptar tus demonios?
Siempre estamos habiéndo de los demonios, de nuestros demonios personales que son nuestras sombras, y hace unas semanas una de las personas que me lee me preguntaban que qué eran y como uno sabía de sus demonios.
En gestalt (formación psicoterapéutica) hablamos de que todos tenemos un lado sano, pero que también tenemos un lado no sano, un lado obscuro, un lado con características que socialmente no son “bien vistas”.
Ese lado obscuro pocas veces lo sacamos a pasear, lo utilizamos y por el contrario lo reprimimos y enterramos en la profundidad de nuestra consciencia porque casi siempre a lo desconocido le tememos y eso también aplica para nosotrxs mismxs. Entonces nuestros demonios son esas características propias que tememos de nosotros porque aún no somos capaces de controlar, o más bien de manejarlas de modo que sean útiles en determinadas situaciones.
Por ello, si quieres construir el amor propio comienza a aceptar esas cosas que no te gustan de ti, eso que tanto rechazas de tú esencia, eso que tanto temes mostrar al mundo.
Amor propio es; aceptación de tú luz y obscuridad, aceptación de tus fracasos y triunfos, aceptación de tus experiencias y tus aprendizajes, simplemente el amor es ACEPTACIÓN, sino te aceptas a ti nadie lo hará.
Hazte el favor de conocer tus demonios, es la única manera de que nadie pueda utilizarlos en tu contra.
