Invita Iglesia al perdón. Se debe acompañar a las víctimas, enfatizó arzobispo

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La Iglesia instalará escuelas de perdón y reconciliación en el estado y la región, en el entendido de que el no perdonar y albergar rencor daña al individuo.

Morelia, Michoacán.- Parte del mensaje de Cuaresma de cada año tiene que ver con el perdón y la reconciliación, partiendo de que los sentimientos de rencor y venganza hacen daño a quien los alberga, reflexionó Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, aunque eso no quiere decir que no se deba exigir a las autoridades que haya justicia y se apliquen sanciones a quien cometa un delito.

Dentro de un mes se estará capacitando a los voluntarios que serán facilitadores en las escuelas de perdón y reconciliación y se espera que incremente el número de ellos, indicó Garfias Merlos. Expuso que la idea de la implementación de estos centros parte de la complejidad que conlleva alcanzar el perdón y reconciliarse con quien hizo algún daño, ya que a pesar de ser un proceso personal, requiere acompañamiento.

“El perdón siempre será una experiencia que implica un proceso en la persona y lo primero que nos pide el perdón es la consciencia del daño que tenemos nosotros mismos. Cuando se inicia un proceso de perdón es la conciencia del daño que yo estoy recibiendo por no perdonar. Si yo alimento sentimientos de rencor, de venganza y agresividad, el primer dañado soy yo”, abundó el arzobispo.

Por otro lado, no descartó que pudiera llegar a aplicarse la pena de muerte en México, como propuso una diputada de Morena en Nuevo León, pero consideró que tendría que ponderarse en qué casos el delincuente es reincidente y realmente esta medida servirá para que otros no sigan delinquiendo. No obstante, enfatizó que esto no llevaría paz ni sanación a los afectados.

“En realidad cuando la persona está con mucha rabia, con muchos deseos de venganza, lo que más anhela es que se destruya al delincuente. Esto parte de un equívoco, pensar que si destruyes a la persona que delinquió vas a encontrar la salud y la verdad”, expresó el líder religioso

Garfias Merlos expuso que lo que las víctimas de alguna agresión requieren es dos tipos de apoyo, el psicosocial y espiritual por un lado, y el jurídico por el otro, para que se castigue a quien hizo el mal. E el primer caso es en el que interviene la Iglesia.

Agregó que una vez alcanzado el perdón y que la persona que lo concede puede verse y ver al otro de manera distinta es que puede surgir la posibilidad de la reconciliación. Esto es, retomar la convivencia y la relación con la persona que ofendió o agredió.

Ya hay escuelas de perdón y reconciliación en el país, detalló el arzobispo, y la capacitación la lleva a cabo una asociación de Colombia con la que él ya trabajó en Guerrero y la prestan personas que ya tuvieron la experiencia como facilitadores. La intención es que estas escuelas puedan acudir a prestar sus servicios en empresas, centros educativos o en cualquier lugar que lo solicite.

“Perdón y reconciliación son las acciones que en este tiempo se nos ofrecen como camino que nos conduce a la paz. Aceptar y ofrecer el perdón hace posible una nueva forma de relaciones entre los hombres, interrumpe la espiral de odio y de venganza y rompe las cadenas del mal que atenazan el corazón de los enemigos”, argumentó Garfias en su mensaje de Cuaresma.