Gerardo Herrera

La Violencia

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El trabajo de la tesis doctoral de Género y Derecho, que realizo respecto del tema de la violencia, se inspira y sustenta en los últimos años de mi vida en Michoacán y en general en todos los lugares en los que me ha tocado participar para la resolución de conflictos.

Entrar a las entrañas teóricas de la violencia es fascinante, simplemente sorprendente; la violencia es multifacética, pero aún más que eso, puede ser observada desde la transdisciplinariedad, es decir, desde el pensamiento complejo de Edgar Morin, y ofrecernos nuevas formas de interpretación de la realidad que vivimos a partir de presentar una propuesta transdisciplinaria, holística, sistémica, interdependiente.  

La importancia de abrevar de información teórica sobre la violencia, hace evidente su carácter multifacético y su posición en diferentes escalas: micro, meso, macro o mega y desde luego nos permite observar los ámbitos desde lo individual, la familia, los grupos sociales, las instituciones, incluso los países y sus ejércitos, es decir la guerra; haciendo una simple analogía con la Convención Interamericana de Belén Do Para, que nos ofrece el tipo de violencias y desde luego los lugares donde se realiza dicha violencia, aunque este visión es para la violencia de género, no en general.

Desde el iusnaturalismo el ser humano es conflictivo por naturaleza, defiende su territorio, pero es pacífico o violento culturalmente, es decir, ambas conductas son aprendidas, se construyen socialmente, así lo observamos en las posiciones teóricas de T Hobbs y Rousseau o bien el hombre es el lobo del hombre, o el hombre es bueno y lo corrompe la sociedad.

La violencia del ser humano no está en sus genes sino en su ambiente, de forma que la Biología resulta insuficiente para explicar la violencia. Nadie es pacífico por naturaleza. La agresión es inevitable, no así la violencia. De lo que se deduce la importancia del momento socializante, educativo, formativo en la transformación o reproducción de las culturas, que nos ofrece en su planteamiento Francisco Jiménez. O como señala el propio Johan Galtung: “Un acto violento implica tanto al cuerpo (agresión) como a la mente (agresividad); un acto pacífico también a ambos: el cuerpo (amor) y la mente (compasión)”

En la realidad social que vivimos la violencia tiene diferentes formas de manifestación; hoy la vemos en la guerra de Rusia y Ucrania y su relación con diferentes instituciones como los ejércitos de los países que son contrarios, el armamento que se requiere para enfrentar al enemigo, los recursos que se necesitan para la compra de armamento, los gobernantes de otros países que mantienen sus relaciones con uno y otro país, la política, el poder, los hijos de las familias que se van a las áreas de combate, la formación de la cultura, las ideologías, las pedagogías de la violencia (Rita Segato), es decir, hablar de la violencia, como la guerra, se debe de realizar un análisis desde la complejidad, desde los transdisciplinario, lo holístico, los sistémico, lo interdependiente, como lo comenté al inicio de esta nota reflexiva.

Al parecer existe un giro en la visión de la comprensión de la violencia, y es que la violencia se institucionaliza en la sociedad, y es que ahora la violencia se utiliza para mantener el poder y la supremacía del hombre sobre la mujer, pero también de algunos grupos, por cierto, fácticos, como el crimen organizado, o bien otros como, los grupos con poder político o bien económico (los grupos empresariales que operan globalmente).

Al día de hoy, la violencia es planteada para explicar el poder de los vencedores y sus triunfos, pero igualmente para resaltar que existe maldad humana, y legitimar el poder del Estado para su control. Para Karl Marx la violencia era la “partera de la historia”, es decir, toda la historia, incluida la cultura, la diplomacia, los intercambios, etcétera, habrían sido resultado de la violencia, de las guerras, explotaciones, complots, homicidios y revoluciones; en tanto que para Pierre Clastres señala que: “Una sociedad donde la guerra es el verdadero ‘motor’ y cumple la función política de mantener la autonomía de la comunidad frente a otras, a través de casos etnográficos de indios americanos. La guerra es ‘una estructura de la sociedad primitiva”, no el fracaso accidental de un intercambio malogrado. Es decir, la guerra como “el motor de la historia”.

Existen múltiples teorías que tratan de explicar el carácter bélico de los seres humanos. A modo de síntesis: a) La religión cristiana considera que la especie humana está estigmatizada por el “pecado original”. Esta perspectiva explicaría y justificaría todas las acciones negativas y violentas que le suceden a los seres humanos. b) El individualismo defiende la tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás, sin sujetarse a normas generales, y buscando su propio beneficio. c) El darwinismo social piensa que existe una forma de selección natural que favorece a los individuos más despiadados y egoístas, resultantes de la lucha entre ellos.