Gerardo Herrera

Menstruación y actividad laboral

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La progresividad de los derechos humanos debe seguir una ruta que permita beneficiar a la sociedad en su conjunto, es decir, a toda la diversidad social, cultural y sexual.

así como a los hombres se les ha generado el derecho del cuidado de sus hijos derivados de la maternidad de sus compañeras de vida, y permite avanzar en la atención de sus hijos y los quehaceres del hogar, esto es solo para el caso de los trabajadores del Poder Judicial y de algunas empresas privadas; de igual manera, las mujeres requieren de ser apoyadas en la atención de asuntos tan íntimos como la menstruación o bien en el caso de la lactancia.

La menstruación se mantiene aún como un tabú, un estigma que vive la mujer, y que ello permite prejuiciar a la mujer al considerase que no puede hacer sus actividades o tomar decisiones porque desajusta su racionalidad; y es que siendo una situación exclusiva de las mujeres, quienes en ese contexto y bajo argumentos del androcentrismo y sexismo que, sumados a la exclusión, en donde los hombres quienes tienen el poder no les interesa avanzar en dar atención a una situación tan complicada y compleja en la que viven las mujeres no solo en el hogar, sino también en los centros de trabajo, en los deportivos, en las escuelas, es decir es espacios públicos, porque la menstruación puede llegar en cualquier momento y en diversos espacios.

La menstruación, constituye en el pensamiento de la población masculina como algo sucio, que se debe esconder, de lo que no se debe hablar, y cuando se habla de la menstruación, de manera regular se refiere a la utilización de productos higiénicos, como si se tratara de algo sucio, cuando no lo es.  

No obstante, en el Senado de la República se atiende la iniciativa de la senadora Verónica Delgadillo García, quien propone que las mujeres con situaciones menstruales disfruten de un permiso en la jornada laboral de 8 horas al mes, sin que se afecte su salario, antigüedad, pago de primas, vacaciones, incluso bonos e incentivos o bien otros derechos laborales conquistados en cada centro laboral.

Las vivencias a que se refiere la propuesta, es la situación que enfrentan muchas mujeres al sentir diferentes síntomas previos y durante la menstruación no solo en su domicilio, sino en sus centros de trabajo, en las escuelas, con lo que pueden sufrir desmayos, vomitar, vivir la migraña, cólicos, pero en ocasiones sin la protección debida y de toallas sanitarias queda exhibida su menstruación sobre su ropa, atentando contra su pudor y la dignidad humana, así como su intimidad.

En las reflexiones de la propuesta se mencionan los datos de la UNICEF los cuales precisar que las mujeres menstruantes pasan 3 mil días de su vida menstruando, con una duración de entre dos a siete días cada mes.

La propuesta legislativa tienen como finalidad coadyuvar a promover un descanso para las mujeres y personas menstruantes que se vean imposibilitadas para atender su jornada de trabajo por los malestares físicos del periodo menstrual, lo reitero, lo vi entre las mujeres de mi familia, que pese a los cólicos y sus remedios que preparaba mi madre para ellas, o los medicamentos de patente, aun así tenían que salir a trabajar.

Por ello, se propone que en la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, se establezca el derecho a un descanso de ocho horas al mes, con goce de sueldo a mujeres y personas menstruantes que lo necesiten. En donde se conceptualiza la menstruación como un proceso biológico y natural de niñas, mujeres y personas menstruantes en edad reproductiva, y que suele estar presente entre los 12 y 51 años de edad.

Por cierto, se requieren más voces en el Senado de la República, pero también en la Cámara de Diputados para que se generen los cambios en ambos instrumentos jurídicos no solo de senadoras y diputadas, sino del apoyo y compromiso de los senadores y de los diputados, de los senadores y diputados michoacanos. La pregunta es, los senadores y las senadoras de Michoacán apoyan dicha propuesta

Hoy por hoy, se requiere seguir avanzando en procesos de transmodernidad, transfemisnismo, pero sobre todo la deconstrucción metacognitiva de las masculinidades para continuar construyendo masculinidades positivas que trabajen al unísono con sus compañeras de vida, sus compañeros de vida, en la crianza y cuidado de los hijos, hijas, pero también en las actividades del hogar.