Este tema me lo han solicitado una cantidad de veces en privado. Algunos me han confesado su experiencia desde ambos lados de la moneda. Y bien, aquí está mi opinión.
Aquellos que sostienen que “donde hubo fuego, cenizas quedan”, en ocasiones, puede llegar a convertirse en una realidad, sobre todo en esas relaciones donde las circunstancias de la separación no quedaron totalmente claras y mucho menos comprendidas por una o ambas partes. En este sentido, puede permanecer un ciclo emocional e inclusive se puede vislumbrar: ilusiones, expectativas, culpas, deseos y resentimientos.
Relacionarse con alguien que desde el inicio parece no haber logrado cerrar sanamente la historia con su “ex”, puede convertirse en un fantasma que con el tiempo es capaz de arruinar la relación actual.
En este sentido es conveniente considerar varios escenarios:
• Las comparaciones persistentes desde lo positivo: “Eres mejor que mi ex”, como lo negativo: “Ella/El lo hacía mejor que tú”. Estas comparaciones pueden ir desde lo doméstico, emocional y también lo sexual. En cualquiera de los casos, se encuentra aún presente un tercero, a quién se le recuerda constantemente.
• Se descubren llamadas, mensajes y salidas, que van más allá de tocar intereses familiares, como es el caso de los hijos.
• La pasión renace con mayor fuerza, especialmente, cuando surge la sensación de “lo prohibido”, es decir, ya no existen compromisos y obligaciones, que pueden dar pie a que el interés sexual se despierte o aumente, provocando que algunos “ex” luego pasen a ser los más llamados “amantes”.
• Persisten las excusas: “tengo que salir con mi ex, por lo niños”, “tenemos que reunirnos por el negocio”, excluyendo la presencia en todo momento de la actual pareja.
• El sentido de pertenencia y territorialidad puede surgir, cuando se descubre que el/la “ex” anda con alguien más, intentando entonces, buscar cualquier motivo para mantener el contacto, “Eres mío/a y no te te comparto”. Una postura egoísta, sobre todo, cuando no existen sentimientos realmente sinceros, jugando con mayor fuerza el ego, que el amor verdadero.
Si esto y otros escenarios persisten, lo conveniente es enfrentar la situación, la sobre tolerancia, la negación y las justificaciones, pueden convertirse en un arma de doble filo, que no solamente puede terminar de deteriorar la relación, sino además, flagelar aún más un débil autoestima.
Ahora bien, siempre habrá excepciones en todos los casos y claro que es posible concebir con el tiempo una amistad con lxs “Ex”, especialmente cuando se logra superar en su totalidad la separación y resulta inclusive conveniente cuando existen hijxs de por medio. También, es importante con las parejas actuales, involucrarles en el compartir familiar, evitar las dobles agendas y mentiras que pueden generar fantasmas donde inclusive no existen.
Hilda Mesa
PSICOTERAPEUTA
FB/ HildaMesh
