Nunca te quejes de aquello que tú mismx permites

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Si algo es necesario e incluso vital es APRENDER desde temprana edad a establecer LÍMITES firmes y claros, es decir, delimitar hasta donde te encuentras disponible a ceder tu espacio físico, emocional y sexual. 

El problema es que la sociedad nos enseña a ser “buenxs” a costa de las propias necesidades. El sacrificio es visto como una virtud. El/la niñx obediente es excelente, es aplaudido, reconocido, porque no da problemas. El/la niñx rebelde, es diferente y rechazadx. Entonces creces en búsqueda de una aprobación que genera esclavitud, frustración y un profundo agotamiento. 

Caer en papel de víctima no ayuda, cuando escucho: “me hicieron daño” yo automáticamente devuelvo la pregunta: “¿hasta donde lo permitiste?”, sería conveniente revisar que mensajes estas transmitiendo al mundo. Cuidado te pusiste en la frente un cartel que dice “se encuentra permitido patearme”, suena fuerte, pero si te detienes a reflexionar, las cosas que suceden al menos un 50% son tu responsabilidad. 

Es hora de transmitir un mensaje que invite al amor y al respeto. Para lograrlo empieza por DARTE a ti mismx eso que exiges o esperas de los demás. Con tu ejemplo puedes enseñar al resto del mundo.