Peso gana 2%, mayor avance diario en 19 meses; cierra en 19.512 de mar

Economía Nacional e Internacional Principal

La moneda nacional dejó atrás la peor racha desde octubre de 2018 al revertir la depreciación con la que inició la sesión gracias al optimismo que generaron entre los inversionistas el compromiso de bancos centrales y organismos financieros internacionales de actuar contra los efectos económicos negativos por la epidemia del coronavirus, o covid-19

Así, en el mercado interbancario de 48 horas, el peso mexicano cerró en 19.51 unidades por dólar, una apreciación de 2% con respecto al nivel de cierre previo de 19.85.

Con ello, el avance del peso para un día resultó el mayor desde el 3 de julio de 2018, cuando el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el entonces presidente, Enrique Peña Nieto, para iniciar el proceso de transición luego que el primero ganó la elección dos días antes.

Así la moneda se alejó de la peor semana que había vivido en los últimos tres años en la que se depreció 4.9%, aunque para el presidente Andrés Manuel López Obrador la moneda “aguantó esta primera etapa de propaganda sobre el coronavirus, ha habido una depreciación, pero estaba bastante apreciado el peso, resistió, podríamos verlo”, dijo el mandatario en su conferencia matutina. En esta ocasión, el peso encontró impulso en un comunicado conjunto que emitieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para confirmar su compromiso con ayudar a las naciones que pudieran enfrentar nuevos retos económicos por los efectos secundarios del avance del covid-19.

El anuncio se sumó al optimismo que generaron los banqueros centrales de las siete economías más grandes del mundo, al indicar, de acuerdo a la agencia de noticias Bloomberg, que tendrían una llamada telefónica el martes para discutir posibles acciones conjuntas que podrían contrarrestar los temores a una desaceleración económica mundial por el surgimiento del nuevo coronavirus. Además, los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña también dijeron en los días pasados que utilizarían todas las herramientas necesarias para evitar una mayor desaceleración de sus economías ante los efectos negativos en los suministros de partes y componentes que está generando la nueva enfermedad.

Las piezas no están llegando a sus destinos luego de que algunos gobiernos, principalmente el chino, han ordenado el cierre temporal de fábricas y centros de trabajo como una medida para mitigar la propagación del covid-19 y que se originó en la ciudad china de Wuhan en el centro de la segunda mayor economía del mundo.

Los bancos centrales no pueden curar el virus. No pueden obligar a la gente a gastar. Sin embargo, los bancos centrales sí pueden ayudar a las empresas con problemas de liquidez”, escribió Paul Donovan, economista jefe de UBS Global Wealth Management, en un reporte.

Los anuncios de las autoridades financieras internacionales ayudaron a contrarrestaron una mala cifra económica que fue incluso ligeramente menor a la esperado y que podría comenzar a reflejar los efectos negativos de la enfermedad en el desempeño económico de algunas economías.

El dato fue el del desempeño de la industria manufacturera estadounidense, o ISM manufacturero, el cual si bien se mantuvo en terreno de expansión (50.1 puntos) en febrero, sus componentes mostraron mayor debilidad a la anticipada.

Por componentes, se observó una caída en muchos de ellos que anticipan un entorno menos favorable hacia adelante”, escribieron analistas de Grupo Financiero Banorte en un reporte.

Esta circunstancia, junto con el resultado de la encuesta de gerentes de compra de los sectores manufacturero y de servicios de China, 0 PMI, que reveló niveles de adquisición históricamente bajos, inyectaron dudas sobre la capacidad que podrían tener los gobiernos y las autoridades financieras y monetarias para evitar una mayor ralentización de la economía global, de por sí ya golpeada desde hace casi dos años, por la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Claro que lo que más pesó hoy en los mercados fue el claro esfuerzo concertado de los bancos centrales, FMI y Banco Mundial para contrarrestar los impactos negativos del covid-19.

Lo anterior da confianza al mercado y permite una corrección al alza, pues muestra que podría haber esfuerzos conjuntos entre países para evitar que la economía global entre en recesión”, escribió Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base.

A nivel local, los datos a los que prestaron más atención los inversionistas fueron los del sector industrial. Por un lado, el indicador IMEF manufacturero bajó ligeramente a 49.13 puntos, sumando diez meses en terreno de contracción, pero al mismo tiempo el PMI de manufactura subió a 50 puntos en ese mes, su mayor nivel desde octubre. Finalmente, los inversionistas también ignoraron las nuevas perspectivas económicas para el país que dieron a conocer, por un lado, la Organización para al Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la encuesta mensual con economistas del sector privado que realiza Banco de México.

En el primer caso, OCDE redujo su estimado de crecimiento para México de 1.2 a o.7% para este año; mientras que la encuesta a analistas del sector privado también reveló un recorte a esa estimación de 1 a 0.9% para 2020.

Por lo pronto, el mayor apetito por instrumentos de riesgo que generaron las autoridades financieras internacionales quedó claro en el precio de los bonos soberanos de México, en particular el del bono a 10 años cuyo precio subió y su tasa cayó en 0.28 puntos porcentuales a 6.54%.