En el taller sobre la Paz, desarrollado en instalaciones de la Casa Ejidal de la Tenencia Morelos, dirigido a las Asesores Técnicos Pedagógicos de Michoacán (ATP), que desarrollé de manera coordinada con la Subdirección de Educación Preescolar, y donde fui el facilitador del proceso, en mi calidad de investigador, y Embajador Líder Mundial por la Paz.
En dicho evento, diversas ATP, me interpelaron para expresar su preocupación sobre diversos temas: la paz no es estática (la paz se construye minuto a minuto, por ello, es dinámica) me expresaban, no tiene un solo punto de vista (desde luego que no lo tiene, porque estamos hablando de reconocer pluriversos y diversidades sociales, culturales, lingüísticas, dogmáticas y sexuales), y la complejidad (Morin, Edgar) forma parte del como concebirla con relación a cómo debo investigarla y pensarla en el aula, para que se pueda vivir en ella y con ella; todas reflexiones interesantes.
Se les comentaba a las y algunos hombres participantes, todos ellos ATP, la importancia de reconocernos en nuestras contradicciones, en las formas de comprender la realidad y el mundo que vivimos; en la importancia de pensarnos y despensarnos como dice Boaventura de Sousa Santos y repensarnos como dice Gerardo Herrera; pero igualmente como dice Paulo Freire, cuando nos habla de que somos seres inacabados y por ello, siempre, siempre, podemos progresar, al repensarnos y recontextualizar desde lo glocal, o bien desde lo local y lo global, desde yo en primera persona y la otredad, o bien desde la vida digna o las vidas dignas que nos preguntan sobre lo que tenemos que hacer para encontrar la paz.
Cuando hablamos de paz, de esas tres letras con un sentido preciso, pero con una complejidad, que nos lleva a las transdisciplinariedad y los saberes, el holismo, lo sistémico y la interdependencia, para comprender su sentido, hoy y en este momento. Por ello, y desde ese contexto, promover acciones para la paz implica trabajar en cambios metacognitivos, de deconstrucción (racionalidad instrumental a racionalidad crítica) personal, pero igualmente en cambios en las organizaciones sociales, potenciando la confianza (elemento de la cohesión social), le legitimación, la tolerancia, el respeto y los procesos de armonía del ser humano personales y con la otredad.
En aquel taller, trabajamos diversos valores y virtudes sociales, elementos fundamentales para promover una cultura de paz dentro del centro escolar, en la comunidad de aprendizaje escolar, entre ellos destacamos los siguientes, a los que se refiere Egla Cornelio Landero: La Justicia, consiste en dar a cada quien lo que le corresponde, tiene que ver con verdad, con equidad, con rectitud, con perdón y reconciliación, con retribución y con reconocimiento.
La Libertad, Es un ideal y principio ético, político y jurídico que se refiere a la construcción de las acciones de los individuos y a la capacidad que tienen como sujetos para desarrollar sus ideas, planes de vida o propuestas. La Igualdad, incluye un avalúo de las diversidades fundado sobre el reconocimiento de los matices individuales; no se trata de intentar la cesación o anulación de las diferencias, sino de la deconstrucción de los estereotipos ideales de individuo que se erigen sobre personas más vulnerables como niños, mujeres y ancianos principalmente.
La Tolerancia, es el respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo. La Cooperación, es obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común. Solidaridad, se define como un valor humano, es decir como la posibilidad que tienen los seres humanos de colaborar con los otros y además posibilita crear sentimientos de pertenencia. La Honestidad, es la conducta recta, que lleva a observar normas y compromisos con un cumplimiento exigente por parte de sí mismo, teniendo en cuenta principios y valores éticos. La Responsabilidad, significa ser capaz de responder acerca de nuestros actos y de responder de manera apropiada eficaz a las normas que configuran la conducta social. La Equidad, es la decisión de hacerle frente a la injusticia mediante acciones de redistribución, para injusticias derivadas del reparto de los recursos y reconocimiento, para injusticias socioculturales. La Humildad, es la armonía del yo que fortalece las esencias del ser contra las apariencias que crean realidades ficticias, ajenas a la verdad.
En dicha relación hace falta algo fundamental y es, el amor; se vincula a la paz y al desarrollo. El amor es el sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo, es un sentimiento humano.
