Gerardo Herrera

Indolencia y simulación

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Yo soy naturaleza, vengo de la naturaleza, la naturaleza no es mía, nadie puede comprarla.

Hoy caminé desde muy temprano para hacer mi ejercicio, observé al entrar al deportivo Indeco, personas trotando, algunas mascotas cercanos a ellos, árboles, arbustos, y algunas personas practicando yoga sobre el pasto, bien cortadito, muy, muy verde; observé el movimiento de muchas personas en brecha generacional, la actitud de los que caminan, trotan, corren, es la misma, todas las personas metidas en sus propias emociones o sus pensamiento; el viento suabe, pero aun frio nos hace acelerar el ritmo para calentarnos, todos pensamos solo en nosotros en primera persona; sobre mi trotar observé en el piso, una larga hilera de hojas que hacían camino, estaban acompañadas de hormigas, todos pasaron sobre ellas, nadie dio importancia a esa vida, porque al fin, somos antropocéntrico y solo lo humano occidentalizado es importante, algunas lagartijas, muchos pájaros en su trinar matutino nos anuncian su existir y nos deleitan con sus cantos. Pensando que hoy es el día mundial del medio ambiente.

Más tarde, me vine a desayunar a Pátzcuaro, observé desde que entre en la Glorieta a Tanganxoan, a muchas personas caminando, todas de prisa, mirando al frente, sin contemplar la gran avenida y sus hermosos y añosos eucaliptos, su misión de ellos es caminar sin observar ese paisaje urbano,  lo conocen de memoria, pero nadie habla de la belleza que significa, ni se detienen a realizar un ejercicio estético, todos llevamos prisa, no hay tiempo para la otredad, que puede ser la naturaleza, el medio ambiente, las plantas, los animales.

También pude observar el mercado, algunos corredores y personas que participaban en la caminata y las carreras de cinco kilómetros que organiza la autoridad por el Día mundial del medio ambiente; vi las calles, la plaza Vasco de Quiroga y escuelas, casonas, y no pude dejar de preguntar: ¿Qué hacer para tomar conciencia del respeto que merece la naturaleza? ¿Cómo fomentar valores que fueron parte de los pueblos mezoamericanos donde prevalecía el respeto (El buen vivir y  la espiritualidad) y los actos estéticos a los elementos naturales?.

Entre otros, pueden mencionarse el reconocimiento más profundo de la dependencia con la naturaleza, el respeto a la vida en cualquiera de sus manifestaciones, la admiración por la generosidad de la Tierra, la benevolencia de plantas y animales, la fascinación por la diversidad ecológica, de la biodiversidad y la humildad ante la majestuosidad de los paisajes y recursos naturales como el estribo grande y estribo chico de Pátzcuaro, el Lago de Pátzcuaro y desde luego, la oportunidad de continuar creando el pensamiento ambiental y el pensamiento pacifista, el pensamiento crítico para una mejor convivencia, fraternidad y participación social.

Yo soy naturaleza, vengo de la naturaleza, la naturaleza no es mía, nadie puede comprarla.