Tirios y Troyanos El Pacto Molotov-Ribbetrop región 4

Columnistas

Por Antonio Aguilera
@gaaelico

Los extremos invariablemente se tocan, y en política más. Guardando todas las proporciones posibles para el caso que nos atañe, la firma del flamante Frente Ciudadano por México, integrado por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), no indica que por vez primera se alíen la derecha con la izquierda, ni en México ni en el mundo.

Todo correlato de colaboración de dos ideologías que nacieron para enfrentarse, la izquierda y la derecha, parte de la inusitada alianza que alguna vez integraron el régimen nazi y la Unión Soviética, conocido para la historia como pacto Molotov-Ribbentrop, por los ministros de Relaciones Exteriores de los regímenes soviético (Molotov) y Nazi, (Ribbentrop).

Aquella anómala firma tubo su impacto en América Latina, en donde no pocos intelectuales que algunas vez se dijeron marxistas o socialistas –como Octavio Paz- terminaron renegando de su ideología primigenia, y se entregaron al liberalismo.

Pero volvamos un poco a la historia del pacto: Algunas teorías afirman que la gestación del pacto entre los dos dictadores se inició años antes. El 12 de agosto de 1939, casi un mes antes del inicio de la Segunda Guerra, Hitler recibió la noticia de que el Kremlin había aceptado una mesa de acuerdos con la cancillería Nazi.

La gestación y firma del acuerdo, habría que calificarlos de relámpago. El 17 de agosto también del 39, tras recibir la propuesta de un pacto de no agresión con el Reich, el ministro de Exteriores soviético Viacheslav Molotov, aceptaba la proposición de Berlín de mejorar las relaciones entre ambos países, pero consideraba que la visita de Ribbentrop no era pertinente. Unos días más tarde, no sólo lo era, sino que la reunión marcó el virtual comienzo de la mayor guerra de la historia.

La rúbrica de Stalin sobre el mapa de Europa, que indica los territorios que se iba a repartir con Hitler, mide 58 centímetros de longitud.Algunos historiadores aseguran ahora que Alemania llevó a cabo una guerra convencional en el frente occidental y otra genocida en el Este. Hasta aquí la historia.

Volviendo a México, como señalamos, no es la primera vez que la izquierda y la derecha se unen, y tratan –por lo menos en el papel- tratar de conciliar sus intereses bajo objetivos comunes. La alianza PRD-PAN se viene efectuando ya desde la época de Felipe Calderón, cuando Jesús Ortega era el dirigente nacional del PRD.

Lo pactado el lunes pasado ante el Instituto Nacional Electoral, aglutinado en el llamado Frente Opositor integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, debe entender –así solamente y sin otras pretensiones- como un frente electoral, cuando lo electoral es el único interés que les une.

Sin embargo, los primero resquemores de este Frankenstein ya se empiezan a sentir. Tanto en el PRD como en el PAN existe veto de bolsillo al Pacto: no los vemos coincidir en su candidato presidencial, quién va a ser ¿Anaya? ¿Margarita Zavala? ¿Juan Zepeda? ¿Miguel Mancera? quién va a ser su candidato presidencial ¿alguien del PRD?

Tampoco los vemos coincidir en el bloque de los nueve gobernadores, mucho menos en el de elegir 128 candidatos al Senado y muchísimo más lejos los vemos de coincidir en la elección de 500 candidatos a diputados federales. Un frente total, pero que no nos tomen el pelo, el Frente Opositor solo tiene una finalidad, la electoral, aunque ellos digan que no, que al negarlo lo confirman.

Ahora bien. Este Frente es hasta el momento una carta de intención que pude quebrarse si el paso dos y el paso tres no se cumplen. ¿Cuál es el paso dos? Previsiblemente antes del 30 de octubre estas mismas personas tendrían que tener claro cuál va a ser el método de selección, que tiene que satisfacer a todos los aspirantes. Presuntamente será encuesta, que inmediatamente favorece a unos y afecta a otros, sobre todo los que tiene más aparato que nombre, pero no va a ser fácil resolver un método donde los que tienen aparato y los que tienen popularidad se pongan de acuerdo.

El único método que no genera problemas es cuando alguien se impone desde arriba, el caso Fox con el PAN, el caso Peña con el PRI. Las encuestas también tienen problemas, acabamos de verlo en el caso de Morena con la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México; lo vimos con el PRD, con Marcelo Ebrard y López Obrador.

Si los gestores del Frente, o del Pacto Molotov-Ribbetrop región 4, logran ponerse de acuerdo en qué tipo de encuestas, quién las va a hacer, cómo van a contabilizar las respuestas, cuáles van a ser las preguntas, cómo se van a ponderar en fin, si resuelven todo esto la siguiente etapa sería la de campaña. Esto quiere decir que Ricardo Anaya va a renunciar, al mismo tiempo que Mancera renunciaría a jefe de Gobierno, que Margarita Zavala entraría directamente, que Moreno Valle entraría y más los que se sumen.

Una vez que esa campaña arranque, que supongo tendrá que jugar entre octubre y noviembre, es probable que hacia fines de año se resuelva la candidatura de ese Frente Amplio.

Como se puede ver, ese tren trae muchas estaciones donde se puede descarrilar y habrá que ver si les sale bien el juego, porque si sale bien toda la discusión sobre el fiscal, Cordero habrá pasado a la historia, porque me parece que éste es el proyecto principal del frente, pero sobre todo de Ricardo Anaya.
Veremos…

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